La Necrópolis Cristóbal Colón es una de las veintiún necrópolis existentes en la ciudad cubana de La Habana y está declarada Monumento Nacional de Cuba desde el año 1987. Con 57 hectáreas de extensión, es el cementerio más importante del país.
En más de cien millones de dólares se valoraba hace unos 20 años su patrimonio artístico. Cincuenta y tres mil propiedades se asientan sobre sus 56 hectáreas.
Una interesante leyenda se teje en torno a su portada, pero no es más que eso, una leyenda, mientras que el sepulcro de Amelia Goyri, conocido como el de “La Milagrosa”, sigue siendo el más concurrido de todo el camposanto.

Tal vez sea un raro placer, eso de reconocer el arte en el reino de los sepulcros. Pero en honor a la justicia estética, se debe comenzar por mencionar a otros dos cementerios de importancia monumental. Las necrópolis: Staglieno, de Génova, Italia, y el Montjuic, en Barcelona, España.
Restauración del Cementerio Colon, un museo a cielo abierto
La Oficina del Historiador de La Habana trabaja en el rescate y la protección del cementerio de Colón. Una labor de restauración que se proyecta de manera integral, no solo en panteones y capillas, sino que abarca la señalética del lugar, los tipos de árboles que se plantan, la pavimentación de las calles principales.
También, y siempre a escala de ciudad, se trabaja en un proyecto de iluminación. La profanación de sepulcros y el robo de huesos y obras de arte han disminuido desde el año 2008.
Llama la atención del visitante la gran portada monumental de la necrópolis, donde la leyenda asegura, sin fundamento, que hay enterrado un hombre.
En la capilla central atraen las pinturas de Miguel Melero. Descansan en el panteón de los emigrados los restos de los padres de Martí, y el Panteón de los Veteranos, construido en 1946, luce cuatro bellísimos bajorrelieves, obra de Juan José Sicre, que representan la muerte de Céspedes, Agramonte, Martí y Maceo.
Impacta, por su serena sobriedad, la tumba del cardenal Manuel Arteaga, primer príncipe de la Iglesia católica cubana.
Hay bellas obras de Sicre y de otros escultores como Boada, Longa y Ramos Blanco en numerosos sepulcros particulares, y en otros todo un desbordamiento de escultura comercial con profusión de ángeles, imágenes de santos y cruces.
Un lugar como éste, con tantos valores patrimoniales y tan cargado de historia y leyenda, bien merece esta caminata bajo el sol.